Cuando J.E.Francox
se dirigía a visitar el terreno sobre el que diseñaría el proyecto que le
solicitaron, le sucedió algo inaudito.
Tomó la dirección que le dieron, la anotó en su teléfono
portátil, y encendió el localizador vía satelital, que le guiaría al sitio en
cuestión.
Mientras manejaba, tomando una de las carreteras del lado
sur de la ciudad, experimentó un fuerte dolor de cabeza, que le hizo
tambalearse un poco, y perder momentáneamente el control de su vehículo. Afuera
permanecía nublado, y lloviznaba un poco. Francox
tuvo suerte de no derrapar y estrecharse contra el camellón que dividía la
carretera.
Cuando recobró el control del automóvil, pestañeó tres
veces, porque aún veía nublado todo alrededor. Al abrir los ojos no pudo creer
lo que veía…
Del interior de los vehículos que lo rodeaban, veía emerger
una especie de energía ondulante, brillando en diferentes colores y
tonalidades. La energía era similar a una capa traslúcida que rodeaba a los
automóviles, y parecía envolverlos del todo. El hombre abrió los ojos grandes,
y parpadeó de nueva cuenta.
Aún podía distinguir
los núcleos de energía.
Volteó entonces a un costado de la carretera, donde se
encontraba una tienda de autoservicio. Se sorprendió aún más cuando fue capaz
de observar la figura de una persona que caminaba por la banqueta, con su
propia estela de energía, brillando, rodeándola
por completo.
–¿Qué demonios sucede?
Cuando cerró los ojos, y estuvo a punto de chocar con el
auto de enfrente al cambiar la luz del semáforo a preventivo, frenó de golpe…
Al mover la cabeza con fuerza, y abrir sus ojos de nueva
cuenta, todo lucía normal, otra vez…
Escucho:
No love / Toto